ES LA HORA DEL PROFESOR
(Francisco Claro. Prof. U. Católica)

" En la reciente discusión pública acerca de la educación escolar, la importancia del profesor parece haber ganado terreno.
Los jóvenes no lo mencionan en sus demostraciones callejeras, pero en privado destacan la casi inexistencia de docentes estimulantes y sabios; de contacto con verdaderos maestros, como se esperaría de un buen sistema educacional. (...)
Los niños y jóvenes pasan más horas en las escuelas que en sus hogares, y ese tiempo lo gastan principalmente ante un docente que está ahí para educarlos. Completados los 12 años de escolaridad suman más de 10 mil horas frente a un profesor, lo que es una enormidad. ¿Cómo se explica entonces que no sepan escribir, que no entiendan lo que leen, que fallen en las operaciones aritméticas más básicas?.
Una posible respuesta es que el profesor promedio no sabe escribir, no entiende lo que lee y falla en las operaciones aritméticas más básicas. No cabe duda de que algo de verdad hay en esta postura, pues es bien sabido que muchos titulados en educación ingresaron a la carrera porque su bajo puntaje en la PAA no les permitió otra opción.
La realidad es, sin embargo, más compleja y desconcertante. Un reciente estudio acerca de la situación de las ciencias naturales muestra que la mitad de los escolares en enseñanza media aprende ciencias de un docente que no tiene estudios formales en la disciplina que enseña. Hay profesores de castellano que imparten química y de educación musical que enseñan física. Hay profesores de básica o de parvularia que están haciendo clases en media, cubriendo asignaturas nada fáciles de enseñar. Esto ante programas de estudio que la última reforma convirtió en bastante ambiciosos, incluyendo temas de difícil dominio, como la física del átomo.
Pero esto no es todo. Si bien el promedio de horas que los docentes en ciencias pasan frente a sus alumnos bordea 23 semanales, sobre el 10 por ciento enseña más de 40 horas, superando algunos las 70 horas de contacto cada semana. Y éstos deben ser los que saben bien la asignatura, pues para enseñar tantas horas han logrado contratos simultáneos en dos, tres o más establecimientos educacionales. ¿Puede un docente ponerse al día en la especialidad, preparar sus clases y ser medianamente creativo en el aula en tales circunstancias?. (...)
Cambios cualitativos sólo se lograran si hay decisión política de enfrentar el problema de los profesores. Hay que crear fuertes estímulos para que jóvenes bien motivados y con talento para enseñar ingresen a estudiar educación. Hay que tener buenas escuelas de pedagogía para que esos estudios sean atractivos. Hay que mejorar las condiciones de trabajo del profesor, creando, en primer lugar, un sistema que le otorga un sueldo digno, permitiéndole realizar su labor con una carga horaria razonable.
En la confusión vale la pena recordar que el tema escolar es principalmente uno entre el educando y el educador. Si queremos buenos resultados en educación, es hora de preocuparse en serio del profesor"
(Del Mercurio- 06-08-06)